Entrevistamos a don Coco Nota en marzo
del 98. Aunque no nació en La Rioja, nos interesó su experiencia como técnico
de radiodifusión y luego periodista en la corresponsalía de una agencia
nacional de noticias, porque podía ofrecernos una mirada de lo ocurrido en la
ciudad sobre todo en materia de medios y ofertas de consumos culturales.
CN:Yo vine acá a La Rioja en el año
1954 y en ese tiempo mi cuñado era director de la Radio. Eso me importó porque
yo vine acá con conocimiento de electricidad, yo trabajaba en una empresa de
electricidad...
P: ¿De dónde es Ud.?
CN: Yo soy de Buenos Aires, de Boedo, de
la Capital. Nací ahí y viví en el barrio de Boedo hasta los 18 años. A los 18
años me vine acá a La Rioja...
P: ¿Cómo era La Rioja cuando Ud. llegó,
en la década del 50?
CN: La Rioja era... a mí me daba la
impresión de ser como una gran familia donde se convivía mucho, era muy solidaria la gente entre sí. Lo
más destacado era lo que hoy es la avenida Perón, que es el boulevard y había
un boulevard también que era la Gobernador Gordillo, la continuación de la
Facundo Quiroga, y digamos, para el lado
de... llegaba hasta la esquina del Regimiento el asfalto. Para allá eran todas
calles de tierra. El arco era como si estuviera fuera de la ciudad.
P: O sea, el ejido urbano era mucho
más limitado...
CN: (asiente) El ejido urbano era
mucho más limitado, muchísimo más limitado. Tan es así que la planta
transmisora de la radio, que ahora está dentro de la ciudad, en ese tiempo
estaba en el campo. Después se construye el Centro 5 y lo que era el Hogar
Escuela, pero todavía quedaba toda esa parte deshabitada y ahí donde es el
Hotel Internacional era la cárcel. Ahí, ahí era la cárcel. Cuando recién vine
nosotros teníamos una pequeña maquinita de cine de 16 mm con mi cuñado y bueno,
nosotros ahí íbamos a darle cine a los presos.
P: ¿Y de dónde sacaban las películas?
CN: Y nosotros teníamos dos equipos de
16 mm y le alquilábamos a la Warner, que tenía una distribuidora en Buenos
Aires y dábamos películas de dibujos animados, películas que no sean, digamos, conflictivas para ellos
¿no? Es decir en ese tiempo había mucho de películas de guerra, películas de
covoy (sic), más cine de entretenimiento, dibujos animados...
P: ¿Había cine cuando Ud. vino?
CN: Sí, estaba el Monumental, el único
cine. Y bueno, es una sala... un lugar muy histórico, digamos, el paseo obligado de fin de semana
de la familia en ese tiempo. Después, con el tiempo, se abre un cine donde era
el Círculo Católico de Obreros, el Real. Y los primeros eran el jefe técnico de
la radio y con un hermano de él... Y después hacen una experiencia en donde es
la Sociedad Italiana y esa fracasa. Ahí ponen un cine y fracasa.
P: ¿Todos eran comerciales?
CN: Sí, sí, sí, sí. Pero el cine preferido,
digamos, habitué de la familia era el Monumental.
P: Cuando Ud. llega ¿le cuesta
habituarse? ¿Cómo era la vida en La Rioja?
CN: Bueno, yo venía de un medio grande donde yo hacía deportes,
tenía un grupo grande de amigos; yo
habitualmente en mi juventud iba mucho al teatro y al cine, porque me gustaba
mucho, y eso lo extrañaba porque claro,
fue muy grande el cambio. Ahora, quizás, me ayudó a asimilar el hecho de que
yo, por naturaleza, era tranquilo y como le digo, cuando vine mi cuñado era
director de la radio y fui bien recibido por un grupo de gente de la radio en
aquella época y ellos, así como le digo, un poco lo que me valió a mí para
digamos para trabar una relación con ellos era que el día que yo venía para acá
había una huelga de de cigarrillos. Es
decir, no se conseguían cigarrillos y yo tenía unos amigos en Buenos Aires, yo
en ese tiempo fumaba, había una marca que se llamaba ‘American club’ y yo
conseguí como dos o tres cartones que me traigan, que me traje para acá y
cuando yo llegué acá lo primero que me preguntaron, uno de ellos fue Ramón
Gachón (de larga trayectoria en radio. Fue el fundador de la Municipal de
Chilecito), Ramón Gachón estaba en la radio, él trabajaba en la parte
informativa, era locutor en la radio, era una de las voces que tuvo la radio...
P: ¿Y la radio qué era por entonces?
¿Nacional?
CN:Era la cadena Belgrano, era la
cadena Belgrano. Entonces ellos me aceptan a mí. La primera vez que yo entraba
a una radio era esa porque yo no tenía experiencia en radio. Yo, claro, tenía
experiencia en electricidad. Hacíamos iluminación, instalación de obras. Los conocimientos de la
radio los fui adquiriendo acá, un poco en forma autodidacta, con libros, porque
no había quién nos enseñara a ser técnicos, salvo el jefe técnico. Y después
con el tiempo me fui preparando y logré rendir libre en el ISER el curso de
operadores, en el ISER me mandaron los exámenes, los tomaron acá. Uno de los
que me tomó examen era... en ese tiempo trabajaba en el correo, el licenciado
Ramón Díaz. Yo no sé si él se acordará porque el correo… antes no existía el
COMFER, nos controlaba el correo. Entonces él me toma a mí, es decir, uno de
los que forma la mesa es él. Había un señor Rodríguez, que también trabajaba en
la parte de control del correo. Me toman los dos exámenes y ahí apruebo yo
electrotecnia, radiotecnia y reglamentación y con eso me dieron a mí el título
habilitante de operador de planta transmisora de radio y televisión. Y primero
televisión, trabajé en un canal, pero nada de televisión. La radio me atrapó...
P: ¿Y cómo se hacía radio por
entonces?
CN: Se improvisaba mucho porque el
medio era muy limitado, incluso los comerciantes no tomaban a la publicidad
como una inversión, sino como una donación. Como si ‘le vamos a hacer una
donación a la radio por publicidad, a cambio de publicidad...’
P: A ver, explíqueme un poco más
eso...
CN: Claro, no tenían ellos asumido que
hacer publicidad en radio era una inversión...
P: ¿No veían que les podía generar un
beneficio?
CN: No, no lo asumían en ese tiempo.
Entonces más que una inversión era como una ayuda a la radio.
P: ¿Y la radio pasaba el aviso?
CN: No, no, no, sí, pasaban el aviso.
Yo le estoy hablando de la mentalidad de ellos, ellos no lo tomaban, es
decir...
P: ¿Vendrá de ahí eso que dicen algunos
locutores, de agradecerle siempre a los anunciantes?
CN: Sí, yo no sé si... Yo le digo, eso
lo conozco porque en la radio he hecho todo. Yo me inicio como productor en la
radio, después pasé a la discoteca y después logré que me pongan a hacer
servicio técnico. Yo quería hacer la parte técnica, eso era lo que gustaba a
mí. Y cuando iba a ofrecer publicidad les tenía que explicar ‘mire, tenemos que
ir a hacer una transmisión, necesitamos el auspicio...’ Y ellos te daban ‘bueno, anotame con tantas
frases, tantos pesos’. Es decir, no había una idea... no sé si está el concepto
claro, no había una idea de que la publicidad era una inversión.
P: Sí, está claro ¿ Y cuándo siente
Ud. que eso cambió?
CN: ... Y bueno, eso ya muchos años
después, ya cuando la radio ya va adquiriendo una dimensión... donde sale de la
provincia, donde cuando yo me hice había un equipo de medio kilovat y no
llegaba más allá de cubrir la ciudad y no sé si hasta Talamuyuna, tal es así
que había un viejo dicho en ese tiempo que decía que la radio transmitía de
boulevard a boulevard.
P: Como una FM...
CN: Claro, pero no era tan así ¿no?
Había una potencia baja, había muy poca potencia, pero cuando yo entro al
departamento técnico, que el jefe técnico en aquel entonces era Roberto Gomez,
que él es quien nos fue enseñando a nosotros, después con el tiempo se va a
Mendoza...
P: Y esa gente que sabía de técnica de
radio ¿Era de acá, había venido también...?
CN: No, era de acá y había aprendido. Él
estudió creo que en el Otto Krause en Buenos Aires. Cuando la radio, Radio
Belgrano, pone la filial acá, está don Pedro Alem que él fue, digamos, el
pionero, junto con Poblete (es confuso el audio) porque antes hubo una radio
experimental, que la historia de esa radio la conoce bien Lito Pierángelis...
P: ¿Esa fue previa a Belgrano?
CN: Claro, es una radio experimental
que no transmitía todo el día, casualmente funcionó en donde estuvo la radio
cuando se fue al edificio que tiene ahora, ahí que ahora está la cochera, ¿frente
al Colegio nacional? En la Mitre (hoy San Nicolás de Bari O), ahí había
funcionado. Esa historia no la conozco bien, pero de ahí nace toda esta gente
con vocación y don Pedro Camilo Alem es el que hace la gestión ante Yankelevich
para poner la filial de Radio Belgrano acá... Es el Alem que tiene el nombre de la cancha de fútbol, que
creo que es tío del Alem que ahora es director del canal (y luego pasó a ser
diputado provincial), que yo le comentaba a Luis que tiene una gran
responsabilidad ahí en el canal, por portación de apellido... Bueno, y don
Pedro Camilo Alem, que era radioaficionado, un hombre que le interesaba mucho
el tema de radio y él fue uno de los...
fue el precursor de la radio aquí en La Rioja junto con otra gente, que le
contaba de don Luis Pierángeli, que tenía una estación de servicio donde está
hoy Pebelca.
P: Ud. me decía que se improvisaba
mucho ¿Cómo era? ¿La jornada estaba dividida en programas?
CN: Sí, sí, había una guía de
programas, sí había, cada media hora había una... Lo que da lo de improvisar
era que había veces que sin medios, hacíamos cosas...
P: ¿Sin medios técnicos?
CN: Sin medios técnicos, sí. Y la
particularidad que teníamos, digamos, era que todos hacíamos de todo. Yo podía
ir a vender publicidad, después estar en la mesa de control, por ahí podía hacer
una transmisión. Y así es como yo logro aprender el periodismo, porque un día
no había quien haga, se corría una carrera y el Flaco Aguad era el que estaba
manejando la cosa y me dice “¿no te animás, desde el puesto que vas a estar
vos, hacerme, transmitirme el paso de los coches?” Y como a mí me gusta mucho
el automovilismo: “y bueno – digo – intento” y ahí ya, ahí empiezo yo. Y después Quiroga, que era el
jefe de deportes, me dice que en una audición vaya y que hable sobre... como yo
leía mucho, que haga un comentario y según él se acuerda todavía, me dice...
P: ¿Había más gente trabajando y
funciones menos claras?
CN: Claro, lo que pasa es que en aquel
tiempo la radio... es cierto, trabajábamos por un sueldo, pero no teníamos, es
decir, teníamos designados horarios, los turnos que le llamábamos nosotros,
pero eso no significaba que al terminar el turno nos íbamos. Si había que
quedarse, nos quedábamos. Y bueno, y muchas veces se generaban programas a
través de la imaginación de los mismos que trabajábamos ahí. Yo, por ejemplo
tenía programas que escribía yo, aprendí a hacer libretos... porque antes no se
improvisaba nada. Yo tenía todo con el libreto, donde le marcaba dónde entraba
la cortina musical, cuándo entraba el locutor, cuándo entraba la glosa, si
había glosa, si era obra de teatro. Yo hice hasta obras de teatro ahí...
P: ¿Hizo radioteatro?
CN: Hice radioteatro, hice relatos de
(se ríe un poco)... sí, hice varias novelas, sí. Trabajaba con José Tornello,
con Solari. Con Solari hicimos una combinación muy linda, porque yo escribía...
y como él tenía una linda voz, él hacía las audiciones que yo escribía
P: ¿Recuerda algún radioteatro?
CN: Yo, por ejemplo, trabajé en una
novela con unos chilenos que vinieron acá, una pareja de chilenos que trabajamos,
hicimos una pareja de cómicos, con César Cabral, Chacho Cabral, el que cantaba
en el coro, hicimos una pareja de cómicos que se hizo famosa acá en La Rioja.
Él, vino el autor de la obra vino a vernos porque hacíamos radio, era en aquel
tiempo era como el teatro de la huella, era como... nosotros hacíamos los capítulos en la radio y después, los fines de
semana, salíamos al interior de la provincia. Había veces que viajábamos en
tren, como una compañía, y montábamos ahí el teatro y hacíamos la obra y la
gente se volvía loca porque era lo único que tenían... Llegábamos nosotros y...
P: Eran ídolos...
CN: Sí, y bueno, yo hice una pareja de
cómicos, yo hacía de un porteño atorrante, el personaje, y Chacho Cabral hacía de
un italiano que era padrino mío. Y le gustó mucho a la gente. Tan es así que
durante mucho tiempo me llamaban por el personaje en la calle. Ruperto se
llamaba el personaje. Y acá, por ejemplo, hacíamos en los barrios, en algunos
casos íbamos a las casas de familia, en algunos casos montábamos el escenario
en las casas de familia grande, en un fondo. Me acuerdo que una vez estuvimos
en una casa que estaba por ahí, por la calle que ahora es Santa Fe, una casa
grande. Me acuerdo que nosotros llegamos a manejarlos muy de memoria a los
personajes con Cabral.
P: ¿Uds. Iban creando los parlamentos,
las situaciones, en el momento?
CN: No, no. Estaba marcado en la obra.
La obra tenía un libreto, pero claro, morcillábamos y manejábamos la cosa. Y yo
no fui nunca, pero estudié, es decir, estudié, estuve metido y viendo cómo
trabajaban en el Centro Riojano de Arte Escénico. Es que antes culturalmente La
Rioja tenía mucho más que ahora... le estoy hablando cuando estaba, qué se yo,
yo vine acá en la década del 50, póngale cincuenta al sesenta, la década del
sesenta...
P: Por esos años había una actividad
cultural importante, me dice...
CN: Sí, sí, sí, había escritores como
Angel María Vargas, que tenía una revista que se llamaba Don Joaquín; estaba el grupo Calibar y había una gran
corriente cultural. Yo no estuve ahí, pero siempre iba al de arte escénico, que
estaba uno de los más prestigiosos escritores que tuvo La Rioja, que era Víctor
María Cáceres, él lo dirigía. Estaba Alfredo Parada Larrosa, el actor, un muy
buen actor.
P: Olmos Avila me habló de él...
CN:
Sí, Alfredo Parada Larrosa fue después director de la radio y fue el
primero que trajo una teletipo mecánica a la radio....
P: Ud. me hablaba recién de que había
más movimiento cultural ¿era porque se proyectaba hacia la gente?
CN: Se proyectaba hacia la gente, sí.
P: ¿No era una elite cerrada?
CN: No, no, no. Se proyectaba a la
gente. Se proyectaba, sí. Por ejemplo, el CRAE daba obras, ahí trabajaban los
hermanos Rearte ahí, sí, Chacho Rearte, un señor Milton De la Fuente, que ya
falleció..., Mecha Rearte era una de las muy buenas actrices que había ahí en
el CRAE... Era una niña, una una actriz impagable. Si hubiera seguido estaría
hoy a la altura de cualquiera de las actrices de Buenos Aires. Y como Víctor
María Cáceres escribía mucho sobre costumbrismo en La Rioja, y uno de sus
éxitos, que lo salimos a dar al interior, yo era transpunte en ese tiempo en la
obra, o sea el que va llevando la guía de la obra en aquel tiempo, no sé ahora
cómo harán, con un libreto, entonces va haciendo entrar a los personajes y les
da el primer párrafo que tiene que decir...
P: ¿Cómo el apuntador?
CN: No, el apuntador es el que le está
dictando al personaje, que está en el medio del escenario. El traspunte está
entre bambalinas, no sé cómo le llamarán ahora... Yo seguía la obra entonces,
por ejemplo, tenía que entrar la Mecha, ‘Mecha, ahora vas a entrar vos’,
entonces cuando Fulano decía, qué se yo, bueno ‘buenas noches, ‘entrá y decí qué hace Ud. aquí?’ y entraba y
decía... le daba el primer párrafo y después ella seguía con lo que le daba el
apuntador y con lo que se acordaba de memoria y por ahí morcillaba, entonces
Víctor María Cáceres tenía una obra que fue muy famosa aquí, que se llamaba ‘Lloverá’,
que es la historia de la falta de agua, yo
lo poco que me acuerdo es que es un drama, porque el dueño de la tierra es del
interior, termina colgado del molino porque no tiene agua para regar la tierra,
una cosa así. Es una obra muy dramática y él escribía mucho sobre costumbres de
acá, de La Rioja, y esa obra se interpretaba...
P: ¿Y eso a la gente le gustaba o
prefería más lo cómico?
CN: No, claro, no, a la gente
generalmente le gustaba más la comedia, pero apreciaba el valor de eso porque
era algo que... como si... el teatro le gustaba mucho...
P: ¿Era popular el teatro?
CN: Era popular.
P: Cuando lo llevaban a los barrios
¿la gente iba?
CN: ¡Y, se llenaba...!
P: ¿Cuándo se pierde eso?
CN: Y bueno, eso se empieza a
perder... (piensa) con el advenimiento de la televisión, estas corrientes
culturales que se abrían a la gente se van... la gente fallece, va
desapareciendo o se van... Todo esto le estoy hablando antes de que fuera el
Proceso, porque el Proceso termina con todo.
P: Hablaba recién de la televisión.
Seguramente recuerda que primero aparece como circuito cerrado...
CN: Sí...
P: Tenía un alcance más limitado,
digamos. ¿Cuándo es el boom de la televisión, que la gente deja de ir a otro
lado, de hacer otras cosas, para ver algún programa?
CN: Y empieza... yo creo que un poco
empieza... (recuerda y piensa) cuando se empieza a ver el canal 12 de Córdoba
en vivo, más o menos en la década del 60 creo, a finales del 60. Eso da, como
digamos, un arranque y después, bueno, cuando ya está el propio canal. Y
termina de completarse la cosa, a mi juicio,
cuando ya el canal tiene color, y se tecnifica el canal de acá, el
nueve, porque el nueve... cuando es el mundial del 78 cambia, técnicamente hace
un cambio muy muy importante, pone el color.
P: ¿En el 78, junto con ATC?
CN: Creo que en el 78, claro. Capaz
que estoy equivocado... (piensa) Yo me acuerdo que sí, fue en el 78, porque ese
año a (un amigo suyo, colega) lo llamaron a hacer comentarios en la
televisión sobre... que no anduvo bien, pobre, al final no sé, y terminó, no se
pudo adaptar... Yo no sé si puso el
color pero hubo un gran cambio ahí técnicamente en el canal, tuvo un gran
impulso, y eso empezó atraer a la gente.
P: ¿Hablamos de mejorar la calidad de
la emisión?
CN: Claro, y bueno, y ya tenía dos
canales, el 12 y el 9. El 12 se recibía muy bien acá porque habían puesto
repetidora en Minas Capillitas...
P: Volvamos al tiempo en el que Ud.
vino a la radio ¿cómo se manejaba la información? ¿De dónde se recibía?
CN: (piensa) y no, la teletipo vino… la recibían en la
calle Jujuy, frente a la casa donde vive el ingeniero Tortoni... ¿dónde estaba
AMP, por la Jujuy? Bueno, un poco así en diagonal había una casa que tiene
ventanas a la calle, ahí había dos muchachos, uno de ellos era Lavaque, que
trabajaba en el correo, él era del correo, era gremialista, y el otro Arnaldo
De la Fuente, que todavía vive, en cambio Lavaque murió, y ellos trabajaron por
algunas horas conmigo en la radio y ellos eran telegrafistas en el correo y
cuando ellos trabajaban en el correo tenían un receptor, cuando recibían la
señal telegráfica con información de la agencia UPI...
P: ¿En directo?
CN: Claro, por aire...
P: ¿UPI, la norteamericana?
CN: Creo que era UPI, sí, una de esas
agencias, venía por aire, tenía corresponsal acá en la Argentina, no sé cómo
era bien. A ellos les venía, yo no sé, no sé si era repetidora. En aquel tiempo
se trabajaba o por aire o por línea telefónica y ellos tenían la señal por
aire, una señal telegráfica, y ellos en una máquina de escribir iban
traduciendo lo que escuchaban de la señal telegráfica en el papel y ahí
escribían todas las noticias que iban llegando y era un servicio, le daban a la
radio y le daban al diario...
P: ¿Y les pagaban?
CN: La radio les pagaba un extra...
P: Entonces la noticia llegaba
rápido... (piensa). Supongamos que
pasaba algo en Buenos Aires a la mañana, ¿cuándo llegaba?
CN: No, a la tarde, por ahí.A lo mejor
a la mañana del otro día...
P: ¿No venían diarios?
CN: El único diario que había, que
estaba en aquel tiempo, era el Rioja Libre, que ahora es el Independiente.
P: Pero de los nacionales, porteños...
CN: De los nacionales venían... no me
acuerdo cuáles venían, venían muy poco en aquella época... Le estoy hablando
del año 54, 55, no eran... no venían tanto porque incluso había días que venían
un día después. Yo creo que La Nación, sí, pero no puedo precisar eso. Y no era
como ahora, la noticia se recibía más lento...
P: ¿Y se generaba información acá?
CN: ¿Local?
P: Claro ¿había periodistas?
CN: No, no, había, pero generalmente
se hacía... la radio transmitía los boletines que daba la casa de gobierno...
P: O sea que los boletines ya existían
¿Recuerda a Gachón como director de prensa?
CN: Gachón fue director de prensa y
Gachón fue el primer corresponsal que
tuvo TELAM acá, pasaba información por
teléfono, igual que después el Flaco Aguad, que
pasaba por teléfono... El Flaco Aguad hace toda la gestión para instalar
la corresponsalía y me propone a mí como técnico porque la radio me había mandado a hacer un curso
como técnico para mantener la teletipo, siempre hablamos de la década del 50,
bueno, vienen estos muchachos y le daban al diario. Después, cuando se hace
cargo don Alfredo Parada Larrosa, él gestiona una teletipo mecánica que fue la
primera teletipo que tuvo la radio y creo que el diario ya también tenía una
que recibía la señal por radio. Era radioteletipo, con una antena, una
determinada frecuencia, a la mañana en una frecuencia, a la tarde en otra... y
recibían continuamente porque había agencias que trabajaban las 24 horas, había
agencias que no paraban.
P: ¿Recuerda alguna?
CN: No me acuerdo...
P: ¿TELAM?
CN: TELAM estaba, pero no trabajaba
las 24 horas. Y nosotros en la radio siempre tuvimos TELAM, después que empezó
a trabajar con teletipo ¿no? Porque antes ya... yo creo que esta agencia UPI seguramente
trabajaban con onda corta...
P: ¿Y eran noticias bien redactadas o
Uds. las rearmaban?
CN: No, por ái, por ái, como en la
radio no había servicio informativo montado, generalmente el locutor leía la
información como venía. Ahora, cuando se pone la teletipo, como era una señal
de radio ahí, había momentos en que la señal se interfería entonces por ahí la
noticia no se la podía leer o había que cortarla o redondearla por cuenta de
uno, según más o menos el significado de la noticia.
P: ¿Y había más noticias nacionales que
locales o al revés?
CN: No, no, había más noticias
nacionales, más nacionales. Y en ese tiempo los periodistas, bueno, eran pocos:
Angel María Vargas, Ortiz Sosa, el señor Fernández Zárate, Gallardo. Lo que
pasa es que, claro, había que suplir un montón de deficiencias... un tanto
porque estábamos muy lejos de todo. Nosotros, por ejemplo, para conseguir un
repuesto de algo había que pedirlo a Buenos Aires y esperar que lo manden.
P: ¿Con qué lugar tenía más contacto
La Rioja?
CN: Siempre con Córdoba. E incluso nosotros, cuando se hace la emisión
de Télam por línea telefónica directa, veníamos a través de Córdoba, recibía
Córdoba y después nosotros...
P: ¿Cuándo entró Ud. a Télam?
CN: A Télam yo entré en el año 76.
P: O sea que entre Télam y la radio
Ud. pasó por todos los cambios técnicos hasta la informática...
CN: Sí, sí. Lo que no logré aprender,
porque ya me fui, es la introducción de la computación en la parte que es la
programación de la radio, la musicalización, eso yo ya no lo vi, no sé si acá
lo estarán haciendo. Es decir, que la computadora maneja lo que va saliendo, se
programa todo, eso no lo vi...
P: ¿Recuerda qué pasaba con la música
en la radio, en los primeros años, qué música se pasaba, cómo recibían los
discos...?
CN: Nosotros recibíamos de las
grabadoras los discos promocionales, así que generalmente... y había un
presupuesto para comprar discos nuevos a comercios de acá. Generalmente de las
grabadoras se recibían los discos que ellos promocionaban, es decir, a veces no
era del gusto... se trataba de seleccionar en la programación, poniendo, por
ejemplo, media hora de folclore, media hora de tango.
P: Que no estuviera mezclado un género
con otro...
CN: Generalmente no. Salvo que hubiera
una audición especial, generalmente las dedicadas a un tema, entonces ya... a
veces iba lo melódico... Todo eso era pautado, como era antes, pero pautado, es
decir: había una sábana donde decía a tal hora, tal programa, tal música, y generalmente
se preparaba la sábana para todo el mes. A veces se repetían para el otro mes,
pero siempre se hacían... porque en aquel tiempo no había una oficina de
programación, sino que se hacía un poco con... por ejemplo, yo decía “che, yo
quiero hacer una audición de… tango” entonces ahí se veía. Una vez decidimos
con unos músicos acá, amigos, y una vez decidimos hacer un cuarteto de tango,
que era un clarinete, un piano, una batería y un contrabajo, al viejo estilo
del Buenos Aires de esos tiempos, y yo me puse a escribir historias que me
contaba mi mamá de cómo era Buenos Aires, de cómo conoció ella a mi papá e hicimos
una audición que duró como dos años, porque después me empezó a llamar gente de
acá, de La Rioja, que había estado en Buenos Aires, para contar la historia y
lamentablemente todo lo que escribí lo perdí porque teníamos una muchacha en
aquel entonces que trabajaba en un circo que estaba acá, que nosotros los
conocíamos con Solari porque también trabajábamos en un circo, trabajábamos en
la parte del teatro del circo, hacíamos la parte de teatro... Eran medio... el
espectáculo circense era la mitad, y la otra función era......
P: ¿Un circo estable?
CN: Claro, un circo que estaba acá,
andaba en los barrios, porque uno de los hijos del dueño del circo jugaba al
fútbol en Rioja Juniors. Era muy buen
jugador de fútbol, entonces los padres no se querían ir y era un circo que se
llamaba Indian Circo, se hizo famoso en La Rioja, Indian circo, y la familia
dueña era Gonzálvez y nosotros fuimos a trabajar ahí, me acuerdo que nos
daban... en aquel tiempo pagaban por puntos por la recaudación y nosotros
cobrábamos tres puntos, es decir un tres por ciento de lo que se recaudaba, y
por ahí eran, qué se yo, dos pesos, tres pesos, no sé (se ríe)...
P: La radio como medio de
comunicación, en aquella época y por lo que Ud. me cuenta del radioteatro, de
las salidas a los barrios ¿estaba más directamente relacionado con la gente que
ahora?
CN:Sí. No... aparte, le digo, nosotros
luchamos mucho por darle potencia a la radio, porque sabíamos que era... en
aquel tiempo éramos los únicos
P: ¿Y en el interior qué pasaba?
CN: Cuando empezó a llegar la radio al
interior... (se queda pensando)
P: ¿Era la primera que les llegaba?
CN: La radio de acá, digamos, de la
capital riojana, porque allá en el interior escuchaban radios de Buenos Aires o
escuchaban, yendo al oeste, las de Chile, por eso tiene un estudio muy bien
hecho del tema de las influencias de radios chilenas por el oeste de La Rioja
Mario Nieto. Él tiene un excelente trabajo hecho sobre esto, de la influencia
de esos medios. Y todos lo queríamos sacar a esa influencia y luchamos para que
nos fueran dando potencia y nos dieron. Del viejo equipo de medio kilovat,
pasamos a un kilovat y medio, después pasamos a cinco kilovat y cuando fue el
conflicto con Chile aprovechamos que éramos fronterizos y ahí logramos que nos
dieran a Catamarca y a nosotros los 25 kilovat que son los que tiene ahora.
Entonces, cuando la radio empieza a llegar al interior, ya realmente presta una
atención social. La radio empieza a llegar al interior a partir de que tiene un
equipo de cinco kilovat.
P: ¿Recuerda más o menos cuándo fue
eso?
CN: Y eso fue... a fines de la década
del sesenta, porque ahí ya tiene más alcance la radio. Incluso nos cambian la
frecuencia, nos cambian, estábamos al mil trescientos y algo y nos ponen a la
mitad del dial, y eso nos da más facilidad de penetración también.
P: ¿Cómo es ese proceso? ¿Cómo lo van
advirtiendo Uds. desde dentro de la radio?
CN: Y... nosotros empezamos a saber
porque íbamos... el medio que comunicaba a la familia al interior lo que no
podía comunicar ni por el diario ni por el correo, por ejemplo, nacía un chico
acá y nosotros decíamos ‘atención el puesto tal...’
P: Es decir que empieza cuando la
propia gente empieza a acudir a la radio...
CN: ¡Claro! La gente viene a la radio
y se acerca a la radio y nos daban, nosotros no cobrábamos nada, dice “¿me
puede pasar este mensaje?” y nosotros pasábamos el mensaje. A veces pasábamos
que tenía que viajar Fulano para cobrar la jubilación, a veces dábamos la mala
noticia de que había alguien... si no, no decíamos directamente que había
fallecido y en cambio “viaje urgente, muy grave...” porque no queríamos, las
reglas no nos permitían. Ahora, era una radio que... la radio que yo llegué a
conocer, la radio en la que me hice, era una radio muy aferrada a la
reglamentación. Era muy controlada. Se cuidaba mucho el lenguaje en la radio.
No se decía cualquier cosa. Porque se hablaba de que la radio era un medio para
educar también, entonces se decía en aquel tiempo que si yo le transmito mal
una expresión a los chicos, los chicos la van a transmitir mal y si los
maestros los corrigen, van a decir ‘¡no, si yo lo escuché en la radio!’.
P: La radio era usada como un criterio
de verdad ¿no? Eso de dar fe y decir ‘yo lo escuché en la radio’...
CN: Claro, claro, sí, sí...
P: Como si la gente no dudara...
CN: Claro, sí, entonces la gente se
cuidaba mucho, se cuidaba mucho la voz del locutor. Nosotros éramos un equipo
de locutores que éramos muy cuidadosos. Teníamos locutores como Américo Solari,
Ricardo Quiroga, Eduardo Guzmán, que era poeta también, estaba Brizuela...
P: ¿Qué pasa con la AM cuando aparecen
las FM?
CN: Y bueno, ahí es donde un poco es
la que pierde vigencia, una porque... la mala conducción, la radio pierde
jerarquía, la jerarquía que se fue creando a través de los años la pierde por
querer parecerse a las FM, porque las FM, inclusive también esas, a mi
criterio, ahora hay algunas que están mejorando la cosa, pero al principio fue
muy bastardeada porque la radio ¿no? llegaba cualquiera y decía lo que quería,
porque la radio era una cuestión de decir nomás. No se pautaba nada, nadie le
controlaba lo que decía, si decía las cosas bien, si decía... A nosotros nos
controlaban. Una, estábamos muy controlados a través del correo, nos controlaban
hasta los minutos de publicidad que pasábamos. Era un control mucho más
estricto, a pesar de que el COMFER ahora hace control no se ve en la realidad
ese control, no sé cómo será la nueva reglamentación. Y la otra era que
nosotros éramos conscientes, como le digo, de que estábamos enseñando, entonces
procurábamos hacer las cosas bien. Y después hubo un tiempo que nosotros
logramos equipos de onda corta y la trasladamos la radio al interior, nos
íbamos a los municipios, por ejemplo nos poníamos en el municipio de Olta,
Chilecito, y de ahí transmitíamos para acá. Y eso fue ya de la década de... a
mediados de la década del 70, hasta mediados de la década del ochenta, por ahí.
P: ¿La evolución de la técnica siempre
jugaba a favor?
CN: Claro, claro. Ahora, no es que
improvisáramos mucho, como le digo, porque por ejemplo nosotros no teníamos
equipo... cuando no teníamos el VHF para transmitir al interior, la ENTEL
cobraba mucho dinero por poner una línea de punta a punta para hacer una
transmisión, entonces nosotros ¿qué hacíamos? Comprábamos cable, de esos cables
que se usan para la luz, y nos tirábamos nosotros una línea desde los estudios
de la radio hasta el lugar... a veces, qué se yo, una vez tendimos una línea
para transmitir la Chaya, para transmitir un campeonato nacional de básquet que
fue a mediados del 70, entonces nosotros... en ese tiempo había un muchacho que
le decíamos manos de conejo, que era técnico, Aldo Díaz, que era muy práctico,
yo los ayudaba pero ellos eran los más prácticos y aparte de tirarla a la
línea, había que estar atentos porque si en la mitad de la transmisión la línea
se cortaba había que buscar el lugar y repararla para poder seguir... Entonces
había siempre atentos... Lo que pasa es que la tiraban sobre los árboles con mucha
habilidad. Por ejemplo, teníamos línea tendida hasta el club 3 de Febrero para
poder transmitir los bailables del Teatro Griego al club Juventud,
transmitíamos básquet, fútbol.
P: ¿Cuándo, en qué ocasiones, iba
público a la radio? (se queda pensando)
CN: Bueno, acá no había un estudio
grande. La gente venía y se ponía a la vuelta. ¿Y cuándo? Iba cuando había un
número vivo, generalmente audiciones folclóricas, cuando había números
folclóricos, por ahí alguna audición de tangos... incluso en aquel tiempo había
una orquesta que se llamaba Habana Jazz, tocaba jazz...
P: ¿Era de acá?
CN: Sí, yo era el representante...
P: ¿Y quiénes la integraban?
CN: Estaba Jaime Fander ( No se
entiende bien al desgrabar) de trompetista estaba ... Faner no era, pero los otros
muchachos, los músicos, eran de la banda del regimiento...
P: ¿Y qué tipo de jazz hacían?
CN: Claro, jazz americano, bailable,
sí, sí, se llamaba Habana Jazz...
P: ¿Y la gente escuchaba?
CN: ¡Escuchaba e iba a bailar! Se
hacían en grandes clubes, se tocaba en carnaval. Después vinieron Los
Fugitivos...
P: ¿Y Los Caballeros del Tango ya
estaban?
CN: Los Caballeros del Tango... no,
antes de Los Caballeros del Tango... eso venía a ser un desprendimiento,
digamos, de músicos, de una orquesta típica que se llamaba Niñito Feo, que era un hermano de mi cuñado, el que está
casado con mi hermana. Él tenía la orquesta típica, tocaba el bandoneón... Era
famosa, se hacían bailes todos los fines de semana. Incluso hacían grandes
bailes en el parque Yacampis, se llenaba de gente...
P: ¿Y qué tipo de gente iba a esos bailes... eran
populares?
CN: Sí (piensa)...
P: ¿Quiénes se acercaban más a la
radio?
CN: Generalmente la gente de clase
media, sí, de clase media para abajo...
P: ¿Los más pobres también?
CN: Sí, sí, sin lugar a dudas...
P: ¿Y los otros cómo se entretenían?
CN: Y bueno, la gente en ese aspecto
era muy... había mucha reunión de Club Social, de Jockey Club...
P: ¿El mismo Jockey que quedó ahora
como lugar de apuestas?
CN: Sí (sonríe) Era muy así... Ahora,
era el cine para esa gente...
P: ¿El cine no era tan popular?
CN: Sí, pero... es decir no, no, no,
no, no, no. No hubo una separación muy grande de clases. Sí existía la
separación en cuanto a los apellidos y eso es muy marcado. A mí me asombró un
poco cuando vine a La Rioja. Eso, el doble apellido, tal es así que a mí me...
yo tuve problemas muchas veces con mi apellido porque creían que el mío era un
doble apellido y como yo soy Nota Francisco... y es el apellido paterno. Lo que
pasa es que está... ya le estoy distrayendo la historia...
P: No, no, siga...
CN: Mi abuelo, cuando viene a la
Argentina, era Notafrancesco, una sola palabra, entonces en el Registro Civil
la castellaniza alguien, no sabemos quién (sonríe como con indulgencia) y de
ahí lo divide en dos palabras y a mi papá lo anotan como Nota Francisco, entonces
eh...
P: Pasó a ser un riojano más, con
doble apellido...
CN: (sonríe) Es que yo no soy, yo soy
(asombrado por la confusión, y se da cuenta de la broma) Ah, claro, cuando
vengo, claro...
P: ¿Recuerda qué pasaba con la mujer
en la sociedad? ¿Si participaban y cómo? ¿Qué tipo de mujeres?
CN: Y, nosotros tuvimos participación
de (mujeres) porque la radio, otra de las cosas importantes que tuvo la radio,
la vieja radio, es que en cierta medida, no sé si queda grande el término, hizo
escuela, porque nosotros cuando venía alguien no era una cosa cerrada. Alguien
que venía con una inquietud, se le daba entrada pero se lo guiaba. No se le
decía ‘bueno, sí, dale, entrá y hacé lo que quieras’. Entonces empezaba, por
ejemplo, y así fueron llegando gente... Bueno, cuando yo vine, ya estaba Susi
Morán, era una de las principales voces de acá, de La Rioja, y yo la conocí,
trabajaba con Julio Florencio Chazarreta. Julio Chazarreta fue un gran
creador...
P: Sí, con su Serenata....
CN: Sí, Permiso Serenata y Fogón al
pie del Velasco...
P: Sí, cuando entrevisto la gente
siempre recuerda Permiso Serenata y un programa para niños, que lo conducía una
mujer...
CN: Sí, Cecilia Cesar. Sí, Soñar no
cuesta nada. De esa audición salió mucha gente que después, con vocación del
arte. Y bueno, una de las hijas de ellas está en Francia. Se inició en la radio con nosotros y está trabajando en
una radio en Francia. Entonces venía la gente, como le digo, ahí nunca se hizo
una discriminación, en la radio no, en la radio, la mujer iba... Había mujeres
que hacían radioteatro con nosotros...
P: Con la visión de un joven de Buenos
Aires, recién me dijo que le llamó la atención el doble apellido ¿qué otras
cosas le llamaron la atención cuando llegó acá, de la vida cotidiana?
CN: (piensa)...En general después no,
no había... Lo que me llamó la atención, sí, porque yo anduve mucho después por
el interior de La Rioja, en cuanto a la gente de clase media para abajo, me
impresionó mucho la solidaridad, es muy
solidaria la gente...
P: Cuanto más pobres...
CN: …Más solidarios. Yo eso lo he
vivido. Veía, por ejemplo, las veces que tenía que hacer transmisiones en el
interior, en lugares donde no había nada, la gente nos daba... en casa de familia
nos alojaban y nos daban de comer, nosotros notábamos que eran muy pobres y les
queríamos pagar y “no, si Uds. vienen a darnos una ayuda a nosotros ¿cómo les
vamos a cobrar?”
P: ¿Cómo eran vistos Uds., los de la
radio, por esa gente? ¿Como importantes...?
CN: Sí, la verdad, era muy muy muy
respetada. Era muy respetada, muy muy tenida en cuenta. Era la persona
que... que...
P: ¿Prestigiosa?
CN: Digamos, daba un cierto prestigio
sí, había un respeto... Cuando uno iba a trabajar se lo respetaba mucho. Por
supuesto, e insisto, nosotros, desde la radio, respetábamos mucho a la gente.
Había un respeto muy grande por el oyente, sobre lo que se le daba al oyente.
Por eso se pautaba, se escribía todo lo que se iba a decir.
P: ¿Era común entrevistar a políticos,
por ejemplo, que vayan al estudio para entrevistarlos?
CN: Sí. Sí, se llevaba, hablaban. Había
veces, cuando había gobiernos militares, la radio era oficial y había ciertas
pautas ¿no es cierto? (nos mira fijamente), pero el político se acercaba... no
tanto como ahora, porque yo creo que el político empieza a darle valor a los
medios de comunicación, digamos masivos como la televisión, yo creo que a
partir de la televisión, cuando se expone más... Bah, eso entiendo yo, cuando
se cuida su imagen, se opera la cara, se saca (se ríe) las arrugas, no se
muestra nunca como es. Ahora no sé, nosotros en la radio tuvimos la suerte
hasta el 83, cuando vino la democracia, digamos, plena de no tener... hemos
tenido directores que, claro, que respondían a determinados gobiernos ¿no es
cierto?
P: Perdón ¿los directores fueron
siempre cargos políticos?
CN: Claro, pero de la dirección para
abajo, no era así, entonces... había una cierta libertad para trabajar...
P: ¿Había más censura o autocensura?
¿Cómo funcionaba eso?
CN: Es que siempre funcionaba
partiendo de las directivas que nos daban, era la censura que venía, digamos,
de arriba, pero no era la censura de...
P: ¿Del director, del gobierno...?
CN: Y bueno, del director porque el
director respondía al gobierno... pero ahora, yo creo que cuando hubo más... no
sé si más restricción, es a partir de cuando se hace Radio Nacional, bajo el
Proceso, ahí había más...
P: Pero, además de las directivas que
venían desde el gobierno ¿Uds. evitaban decir determinadas cosas?
CN: Ah, sí, se evitaba sí, sí. Sí.
P: ¿Cuál era la relación de la Iglesia
con la radio? Porque en el caso del cine, del cine Real, he visto copias de
convenios que se firmaban entre los exhibidores y el Obispado y cuando se
alquila el cine hay una serie de pautas y el Obispado en una de ellas dice que
se reservaba una especie de derecho a la censura previa, que podía ver y
controlar lo que se pasara, que no afectaran la moral y eso... Por eso le
preguntaba qué pasaba con la radio, pese a que no había dependencia ¿no?
CN: No, la relación con la radio era
buena, pero se le daba el espacio. Pero la Iglesia no censuraba. Ahora, el
obispo que más usó la radio en definitiva fue Witte. Era importante para él
como medio de comunicación, tanto la radio como todos los medios de
comunicación. Fue... supo ver el valor que tiene el medio para difundir...
P: ¿Más que Angelelli?
CN: Más que Angelelli. Angelelli
era... la comunicación era más en contacto con el pueblo, ahí, a pesar de que tenía la misa dominical,
pero la misa dominical es una tradición. Fue censurada cuando... el Golpe.
P: ¿Censuraron la misa?
CN: Claro, cuando vino el golpe militar estaba
Angelelli y nosotros tuvimos que poner una línea al cuartel y transmitir porque
el capellán del ejército, que era Pelanda López, daba una misa para los
soldados todos los domingos, entonces teníamos que transmitir esa misa.
P: ¿En lugar de la del obispo?
CN: Claro (nos mira). Y nosotros
pusimos una línea de la planta transmisora al batallón, donde estaba Perez
Bataglia en esa época... (cambia el cassette) ... y nosotros improvisando. por
idea de Gachón ¿vio que ahí en el cerro de la Cruz hay una cruz?
(afirmamos) Ahí hay una cruz que está
hecha con durmientes del ferrocarril y un día hubo una tormenta, un temporal, y
la volteó a esa cruz, entonces Gachón impulsa la idea de... en ese tiempo
estaba como obispo don Froilán Ferreira Reynafé, impulsa la idea de volver a
plantar una cruz en la cima. En aquel tiempo no había camino, no había nada...
P: ¿No había camino? ¿Y cómo instalaron
la antena?
CN: Escalando...
P: ¿Escalaban con la antena a cuestas?
CN: (piensa) No, la cruz. Esa antena
que está ahí no es nuestra. Es del canal.
P: Ah, pensé que también estaba, de
antes, la antena de la radio...
CN: No, no
P: ¿Uds. siguen transmitiendo con la
antena de acá?
CN: Claro. El canal tiene una antena y
creo que también tiene una antena Vergara allá... o los de Radio Municipal
tienen. En aquel tiempo no había camino, no había nada, nosotros...
P: Subieron la cruz escalando,
entonces...
CN: Claro, hicimos todo el recorrido.
Fuimos atrás del dique y subimos, se hizo todo un gran operativo. Participó en
aquel tiempo lo que era el Regimiento 15, con una compañía de soldados. De la
radio fuimos tres técnicos, dos locutores...
P: ¿Y de ahí transmitieron?
CN: Claro, y el padre Gomez transmitió
la misa del jueves santo, porque él también fue y transmitió desde allá arriba.
Y la escuela industrial. La escuela industrial hizo la cruz. Y la hizo en
tramos, entonces cada uno de los que íbamos llevábamos un pedazo de cruz y un
kilo de... de cola en la mochila. Y aparte de eso llevábamos mulas porque
íbamos con gente que conocía bien el cerro, con baqueanos, íbamos con mulas
porque llevábamos comida porque estuvimos cuatro días en el cerro. Y llegamos, empezamos
la ascensión una mañana como a las 8 de la mañana y debimos estar llegando como
a las cuatro de la tarde y después tuve que ir yo porque el equipo para
transmitir era... en la radio teníamos metido dentro de un cajón, un cajón
hecho con palmas, ahí pusimos... hicimos como una mochila con unas correas de
esas ¿como las que se recogen las cortinas?, para poderla colgar en el hombro y
poder trepar... y llevábamos en los
animales baterías de auto para poder transmitir, o sea la energía. Nos quedamos
sin batería en la primera porque hacíamos empalme con una subestación que
estaba aquí en el cerro que era... que estaba en una carpa del Regimiento, lo
que era un equipo de comunicaciones del regimiento, y ellos nos enganchaban con
la radio... y nos quedamos sin batería y yo tuve que bajar y volver a subir con
una batería al hombro. Y ahí transmitimos la misa. Y después bajamos, por eso
le digo que... la gente respetaba mucho a la gente de la radio, nos recibieron
en un desfile impresionante, porque fuimos con auspicio de comerciantes...
P: ¿Recuerda más o menos en qué año
fue?
CN: Ay, no me acuerdo! Tengo fotos
incluso de eso. Tenemos unas fotos...
P: ¿Les pagaban por hacer eso?
CN: No, no. Eso no nos pagaban. Lo
hacíamos por el deseo de hacerlo nomás...
P: ¿Ud. podía vivir con el sueldo de
la radio?
CN: Cuando yo entré a la radio, en
aquel momento, cuando yo entré como efectivo, porque yo trabajé cinco años como
suplente, cuando yo entré a la radio ganaba más que lo que ganaba una categoría
24 en la provincia como sueldo de entrada. Y después nos fueron dejando atrás. Éramos
los mejores pagados de la provincia...
P: ¿Y ahí la radio era todavía privada
o ya pública?
CN: No, era... era.... (piensa) claro, ya estaba en manos de... le
estoy hablando del 54, porque la radio no fue nunca privada, la radio ésta
siempre dependió del gobierno peronista, de gobiernos peronistas porque fue
intervenida por Perón, se lo sacó a Yankelevich, y después cuando vinieron los
gobiernos militares con la alternancia de los gobiernos civiles siempre
dependió del gobierno, con otra... bajo una denominación, con otra denominación,
alguna vez fue la Cadena Argentina de Radio, creo que en el Proceso fue la
Cadena Argentina de Radio... Dependimos un tiempo de Radio Belgrano, después
pasamos a Radio Splendid...
P: ¿O sea que el Estado nacional era
el que pagaba los sueldos y pagaba buenos sueldos?
CN: Sí, sí, sí. Lo que pasa que en
aquel tiempo, bueno, la radio no logró autofinanciarse con la publicidad, es
así. Vendía publicidad y tenía recursos. Completaba los recursos porque las
radios que más producían, es decir, se autofinanciaban. El excedente la
mandaban para la radio que no se financiaba, que no se autofinanciaban.
Generalmente la que más ponía era la de Buenos Aires, porque recaudaba más en
publicidad ¿no? Pero, claro...
P: ¿La merma en los ingresos de la
radio tiene que ver con la aparición de las FM?
CN: Bueno, eso yo no no, no lo puedo
decir...
P: ¿Cuándo les empiezan a bajar los
sueldos?
CN: Y bueno, eso empieza a partir de
los años ochenta, por ahí... porque ¿sabe qué pasa? Que las radios del interior
después fueron abandonadas por la gente de Buenos Aires, es decir, no le daban
importancia. Donde se pone más de manifiesto esto es, bueno, a partir del
advenimiento de la democracia y en el 83... y se profundiza con... en el caso
concreto de La Rioja con la gestión de Maharbiz, porque Maharbiz vuelca todos
los recursos en la radio de Buenos Aires. Ahí ya la transforma a la radio, la
hace una radio que tiene un rating alto ¿por qué? Porque contrata primerísimas
figuras, paga altos sueldos y nos dejan a nosotros postergados. Incluso sin
recursos para poder tener repuestos para hacer andar la radio... Le pongo un
ejemplo así, cortito. Yo el otro día me encuentro así, con uno de los muchachos
que está trabajando de la época mía... yo me fui en el año 92 de la radio y en
ese momento ganaba 350 pesos por mes, siendo yo subjefe técnico y tenía una
antigüedad de 38 años y me dice que están cobrando los mismos sueldos que esa
época... (se queda en silencio) es decir
que ahí hay un retroceso se produce. Yo digo de que la radio cuando... ahora, a
partir del 83 para adelante, se politizó más que en la época de los gobiernos
militares y de los gobiernos democráticos de entonces...
P:
A ver ¿Qué quiere decir con eso de que se politizó?
CN: Se politizó porque.... por ejemplo
al director lo nombran desde Buenos Aires, desde el organismo de la
presidencia, de donde depende Télam y todo eso,
como la radio, depende de la Secretaría de Medios, entonces lo nombran y
responde a directivas de Buenos Aires. Eso no pasaba antes. Y aparte, digamos,
porque antes era nada más que... ¿quién era el que estaba nombrado por por
Buenos Aires o por el gobierno? El director. Pero la gente de abajo era gente
de carrera, la gente de los distintos departamentos entonce... ahora no, ahora
por política cambia todo. Y ponen a una locutora por política.
P: ¿Pero ella no era ya locutora de la radio?
CN: Claro, pero ella llega a través de
la política a ubicarse en el cargo que tiene, no por capacidad. En cambio antes
no. Yo le cuento mi caso, que... porque yo nunca quise entrar en nada que no
sea... lo quise ganar por derecha, con esfuerzo. Cuando a mí me ascienden viene
un funcionario de Buenos Aires, el director general de la cadena de radio, y
dice “necesitamos un subjefe técnico, un subjefe de planta” les dice a los
directivos de la radio. “Deme todas las carpetas del personal técnico” y el
tipo estuvo toda una noche analizando las carpetas y de ahí sacó dos: la mía y
la de Manuel Cornejo. Entonces los llamó a los directivos de la radio y les
dice “el cargo es uno sólo, pero yo tengo dos. Uds. elijan”. Cornejo era una
persona que era mucho más antigua que yo en la radio, tenía como siete u ocho
años más que yo en la radio. Es decir, “Uds. son los que tienen que elegir
entre los dos” y me eligen a mí. Y cuando le comunican a Cornejo, Cornejo
acepta, pasa a ser subordinado mío. Lo que quiero decir es que se hizo todo un
proceso. En cambio ahora no.
P: Se tenían en cuenta los méritos,
digamos...
CN: Claro, en cambio ¿qué pasa? Sobre
todo cuando viene Maharbiz por ejemplo
un operador que yo le enseñé a trabajar se hace amigo de Maharbiz y Maharbiz lo
nombra por amistad con él y lo pone dos o tres categorías arriba mío. Es decir,
queda subordinado mío como operador, pero gana más sueldo que yo.
P: Bueno, parecido a lo que pasa en
Télam...
CN: Claro, un poco así. Sí. Si lo
nombran a este muchacho y poco menos trabaja como comodín en la radio, porque
cualquier cosa que uno opina para hacer las cosas mejor, dice “si no es como yo
digo, le digo a Maharbiz...” Eso fue lo que me hizo a mi irme de la radio, todo
ese tipo de cosas ¿no? (silencio) Entonces no sé si más o menos queda el
concepto claro. Yo a eso le llamo politización. Política por amistad, no se
evalúa, se dejó de evaluar la capacidad
de la persona. Un poco es eso. Yo llegué
hasta donde llegué porque no quise...
P: ¿Hasta dónde llegó?
CN: Bueno, yo llegué a ser subjefe en
la radio, subjefe de planta...
P: Cuando Ud. entra a Télam ¿cuánto
ganaba?
CN: Yo ganaba en la radio 300 pesos y
en Télam ganaba 900. Y cuando me jubilé cobraba 1.500 pesos y me jubilé con 900
pesos, 950 me pagan.
P: Durante un tiempo trabajó en
ambos lados. ¿En la radio siempre los sueldos fueron más bajos?
CN: Sí, sí. Sí, sí. Y yo entré a
Télam, como le decía antes, porque el Flaco me pide a mí si yo podía
trabajar como técnico y yo necesitaba
trabajar porque ganaba muy poco en la radio, entonces cuando el Flaco recibe
las máquinas y viene la gente de Télam a hacer toda la instalación, alquilar el
local, todo eso, y yo le ayudo al técnico a instalar el equipamiento y en ese
ínterin es el golpe, así que el Flaco, por orden de Perez Bataglia, no se llega
a hacer cargo de la corresponsalía. Ahí ponen otro y a mí me dejan como
técnico. Yo estaba contratado y ahí quedo como técnico y a veces, como el que
estaba no mandaba nada de deportes por la agencia, yo le pido permiso para
mandar deportes, todo deportes. En aquel tiempo Télam publicaba mucho más las
noticias de deportes de las provincias...
P: ¿Ud. entonces ya venía escribiendo?
CN: Claro, por la radio. Claro, yo en
la radio aprendí todo eso. Ud. ve mis primeras... digamos, nociones de
periodismo las tengo en la radio con Gachón y en ese tiempo estaba... bueno, si
nos venimos un poco más para acá, creo que por ahí por el 60, por el 59,
trabajaba la escritora María Arguello y yo con ellos aprendí. Lo que pasa es
que era una persona muy inquieta. Yo me fijaba mucho en todo.
P: ¿Ud. hasta qué nivel llegó a
estudiar?
CN: Yo tengo escuela primaria y tengo
el curso del ISER, nada más. Lo demás soy todo autodidacta. He sido un
empedernido lector. Tengo, por ejemplo, de lo que era trabajos míos técnicos,
tengo libros en casa. Eso fue lo que evaluaron cuando me dieron el cargo y
bueno...
P: ¿En su casa familiar se
acostumbraba a leer?
CN: Yo siempre procuré hacer... Quizás
porque me eduqué como hijo único, claro, porque mi hermana es veinte años mayor
que yo, cuando mi hermana se casa yo era muy chiquito, y era muy muy... era muy
lector, me gustaba leer mucho, escuchaba mucha música, me gustaba mucho el cine
y teatro. Yo no sé bailar. Yo, los fines de semana míos, eran teatro o cine en
mi juventud.
P: ¿No sabe o no le gusta?
CN: No. No me llama la atención, y ese
es el gran problema que hemos tenido siempre con mi señora. A mi señora le
gustaba mucho el baile y yo nunca la pude acompañar, no, no... Fui muy inquieto,
siempre me gustó... Mi padre era semianalfabeto y siempre había... El me decía “Ud.
siempre que pueda hacer un poco más de lo que le piden que haga, es mejor para
Ud., hágalo” me decía. Me inculcó mucho el sentido de la responsabilidad. Yo no
estudié porque mi familia era muy pobre. Cuando llegó el momento de... yo dejé
la escuela primaria. Mi padre primero fue resero, carneaba los animales cuando
estaban los Mataderos en el parque Patricios y lo que es el Frigorífico
Lisandro De la Torre, él trabajaba en una de las playas de la matanza de
animales y él le sacaba... despellejaba la res, ese era el trabajo que hacía
él.
P: ¿Y su mamá?
CN: Y mamá fue toda su vida ama de
casa. Ella vivió para nosotros, para mi papá y para mí. Y mi madre me
contaba... mi madre era analfabeta, ella firmaba con la huella digital, pero
leía, leía mucho, hacía que yo le leyera y me contaba muchas historias. Sí,
ella no leía nada...
P: ¿Y a su señora, cómo la conoció?
CN: A mi señora la conozco porque yo
trabajaba como...
P: Perdón ¿ella es de acá?
CN: Claro, ella es de acá y yo de
Buenos Aires. Era de una familia que... el padre era albañil, muy trabajador,
un hombre... y de una familia muy reconocida acá en La Rioja, de la Licha
Agüero, todo eso. Es hermana de la Licha Agüero mi señora, la profesora que
está casada con Crulcich. Digamos que era él el pobre de la familia. Y bueno, y
a mi señora la conozco... yo trabajaba en la radio, yo estaba en los estudios y
ella trabajaba en la administración pública y ahí un contador, que era el
contador de la radio y también trabajaba en la administración pública... y como
ella era muy ducha en el manejo de números y esas cosas la llevan a trabajar
por la tarde a la radio, la toman en la radio para trabajar por la tarde y en
la administración de la radio, cuando la radio era LV 14, comercial la radio, y
yo ya lo conocía al hermano de ella, al hermano mayor, incluso habíamos trabado
un poco de amistad y yo fui a las bodas
de plata de los padres, me llevó el hermano...
P: ¿Cuántos años tenía Ud. por
entonces?
CN: Veintisiete años. Porque yo a mi
señora la conocía, pero el noviazgo fue corto, quizás porque nos conocíamos...
estuvimos siete meses de noviazgo. Nosotros trabamos, digamos, la relación en
la radio y yo tenía 27 años y ella dos años menor que yo.
P: ¿Y era bien visto que la mujer
trabajara?
CN: Sí (con dudas). En aquel tiempo en
la administración pública trabajaban muchas mujeres... Sí, quizás era bien
vista en el sentido de que no la trataban mal, pero no se le valoraba el
trabajo a la mujer, como un poco lo que ocurre ahora que, no sé, estuve leyendo
ahora que han hecho un estudio y que a igual esfuerzo entre la mujer y el
hombre, la mujer gana menos y bueno, en aquel tiempo en la administración
pública incluso uno ganaba en función de la categoría que le daban ¿no es cierto?
P: Bueno, hoy todavía se discute si
determinadas tareas, por ejemplo ser operador de radio, pueden estar a cargo de
mujeres...
CN: Es una barbaridad. Nosotros
tuvimos una operadora. La señora del gordo Aguilar fue operadora nuestra. Y era
una excelente operadora. Era jovencita todavía, trabajaba con nosotros en la
radio...
P: ¿Y quién le enseñó?
CN: En la radio, nosotros.Mire, yo
siempre lo digo porque a lo mejor es muy grande decir que hacíamos escuela,
pero hoy hay gente que trabaja en el canal o ha habido gente que trabajó en el
canal, que se ha hecho con nosotros. Un muchacho camarógrafo era operador
nuestro, Mario Molina. Y Pedro Molina, ese ha sido locutor nuestro. Se inició
en la radio.
P: O sea que Uds. perdieron gente que
habían formado cuando se inició el canal...
CN: Claro, la gente se fue porque
incluso en el canal se ganaba más que en la radio. La gente se fue yendo al
canal porque en el canal se ganaba más...
P: ¿Lo tentaron alguna vez?
CN: No, fíjese que no. Y Ud. sabe que
yo los conocía a los Peiretti, los conozco desde la época cuando ellos
iniciaron el canal, el padre... ahora nunca hice tampoco por ir porque nunca me
llamó la atención. Yo era muy... me apasionaba mucho la radio. A lo mejor si
hubiera ido al canal, hubiera estado mucho mejor que acá...
P: Ahora que está jubilado ¿qué le
gusta hacer más: leer, escuchar radio, ver televisión...?
CN: Yo veo tele. Generalmente veo
algunos programas de información, telenoticiosos y ¿cómo se llama? Y alguna
película que me enganche, que no sea una película muy complicada de entender
porque... la uso más a la televisión como una distracción que como... por
ejemplo, los programas que requieren
concentración a veces los veo, cuando tengo ganas, y a veces no y ya no me está
gustando el tipo de televisión que se está haciendo, como el tipo de programas
de Mauro Viale, esas cosas, Chiche Gelblung, no me gusta,ese tipo de programas
no...
P: ¿Qué lee ahora?
CN: Y ahora leo... a veces leo algo de
política, por ejemplo Grondona, lo leo en libros, y me gusta... leo Selecciones,
que me mandan, estoy abonado...
P: ¿Siempre las compró?
CN: No, no, empecé ahora porque me
ofrecieron una suscripción y me suscribí. La leía antes, cuando era más joven. En
la planta transmisora leía mucho, porque como tenía muchas horas de estar solo,
podía leer mucho. Y bueno, y lo que me gusta mucho es escuchar música, que no
lo hago... ¡Música! A mí me gusta toda la música menos el rock (sonríe) y el
cuarteto, y finalmente escucho música en casa cuando estoy solo porque me gusta
ponerla a un determinado volumen y a veces, como la casa es chica, molesta,
entonces (sonríe) como no me gusta molestar, no, no escucho. Pero tengo, tengo
mi colección de discos, de discos de música clásica...
P: ¿El jazz le sigue gustando?
CN: El jazz americano me enloquece, sí,
me gusta muchísimo. Me gusta la música clásica, me gusta el tango...
P: ¿Cuándo notó un cambio importante
en La Rioja, en la vida de la ciudad?
CN: Y... La Rioja empieza a tomar un
crecimiento muy muy rápido a partir de
la década del 70, por ahí más o menos que es cuando se empieza el cambio y
viene la gran explosión con la venida del parque industrial...
P: ¿Y Menem se relaciona con ese
cambio?
CN: (piensa) Lo que pasa que la
promoción, que es el gran cambio que decía yo, Menem comienza pero el que le da
el gran impulso es Llerena. Yo me acuerdo que una investigación que nos
hicieron hacer de Buenos Aires, hubo una época que en el año ochenta y... no,
setenta y ocho, ochenta, había doce mil puestos de trabajo en el parque industrial,
lo que era el parque industrial acá... la parte de industria que había en
Chilecito, había algo de industria, no me acuerdo cuál, en Chilecito y Cofilar
era... Ahí es la gran explosión. Lo que pasa es que comienza a venir... también
se produce el gran cambio en La Rioja, es decir comienzan a manifestarse las
expresiones de la gente que viene de otros lados y la forma de vida y esa
mezcla le quita algo de tranquilidad a La Rioja. Ud. antes, en la época en que
yo vine a La Rioja y muchos años después, Ud. no iba a ver villas miserias. Ud.
iba a ver el ranchito con horcones, con bolsas de arpillera armados, pero
estaba impecablemente pintado de blanco con cal, todo blanco, no había villas
miserias. Hoy hay una proliferación de villas miserias que va dejando toda esta
gente que viene de afuera, creyendo de que acá era, estaba mejor y ha
quedado... a medida que se fue destruyendo el parque industrial. Pero para mí
el gran cambio ha sido a partir de las industrias, sí.
P: ¿Más que las gobernaciones de
Menem?
CN: (piensa) Sí, lo que pasa es que
Menem después..., cuando él está en la gobernación, en lo que viene a ser su
segunda gobernación, él mantiene el curso del parque industrial, él pelea por
la promoción, entonces ahí se da el gran cambio. Todo cambia a partir de la
presidencia para La Rioja.
P: ¿Ud. al cambio lo ve sólido?
CN: Mire, yo por eso he tenido una
larga discusión con Luis. Luis me dijo, me acuerdo muy mal, porque yo le decía
siempre a Luis “yo no me meto en créditos porque cualquier día de estos salta
todo y nos vamos…”.”‘¡Eh! Ud. es un mal pensado, esto ya no lo para nadie
más...”.’ Y esto para mí va a terminar,
va a haber un gran... vamos a volver a tener un gran golpe, no sé qué irá a
salir de todo eso, porque yo no...
P: ¿En el país?
CN: Sí. No le estoy hablando de golpe
de estado ¡no! ¡Le estoy hablando de un problema económico! No, no (sonríe)
estoy hablando de… esa es la discusión que yo le planteaba a Luis. Para mí esta
estabilidad es como ficticia. Yo no entiendo mucho de economía, puede que esté
equivocado, pero a través de lo que veo, de lo que leo, porque acá hay una... Dentro
de mi escasa... yo no conozco mucho tampoco, no he viajado al exterior, pero yo
hablo con gente que ha viajado al exterior. Yo creo que es todo ficticio porque
nos están haciendo ver que nosotros ganamos, por ejemplo que nos quejamos
porque un maestro acá gana doscientos dólares y en Estados Unidos gana póngale
200, no sé, pero en Estados Unidos, por ponerle un ejemplo, Ud. con un dólar
compra cuatro hamburguesas y acá compra una o a veces no compra ni una. Es
decir, el costo de vida que tenemos acá no es el mismo que el de allá. Por eso
la comparación para mí es una comparación muy ficticia eso de la comparación de
que el dólar valga un peso.
P: ¿Y en La Rioja, al cambio también lo ve como
algo vacío, artificial?
CN: Yo considero que sí, sí. Sí, yo no
le veo base. Aparte descreo de los políticos. No veo ejemplos de arriba.
Entonces, al no ver ejemplos... Yo lo que veo es una clase que de golpe tiene
mucho y hay otra clase mucho mayor, que de golpe no tiene nada. Y aquí en La
Rioja, todo será porque nos conocemos, no sé a nivel país, pero porque nos
conocemos, eso se nota muchísimo. Ahora, lo que no me explico es por qué la
gente de abajo no busca un cambio. Eso es una cosa que yo nunca le encontré una
explicación, porque si yo no me siento bien con esto o veo que esto no me da lo
que yo necesito, lo que me prometió, pues
probemos con este otro, pero la gente no, está aferrada a eso, vive muy
el hoy. Es decir, hoy tenemos que poner un voto por azúcar y lo hace sin
pensar. No sé si eso forma parte de la cultura. Yo me atrevo a decir que hay un
poco de la influencia, del problema que tenemos con la educación. Es decir,
cuanto más aculturizada esté la gente, más la podemos manejar. No sé, se me
ocurre, no sé, habrá que ver qué piensa Carlos Menem... (risas)
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