Entre 1995 y 2001 Roberto von Sprecher y yo, María Rosa Di Santo, investigamos los consumos culturales en la ciudad de La Rioja en el marco de un programa nacional aplicado a las Universidades que promovía la formación de equipos para instar a los docentes a investigar.
Para entonces, 1995, la Universidad Nacional de La Rioja venía de ser nacionalizada y de abrir la Licenciatura en Comunicación Social.
Aquel proyecto nuestro tuvo varias etapas y duró hasta que pudimos sostenerlo (y sostenernos en la propia UNLaR) y aún más, de forma tal que el campo completo sirvió de base para las tesis de doctorado de Roberto y de maestría mía.
El primer tramo consistió en intentar reconstruir La Rioja desde los consumos a partir de la memoria de los protagonistas, que dividimos en dos grupos:
-el integrado por personas que actuaron, con nombre y apellido, como informantes clave por su conocimiento de esta sociedad y por su reflexión constante sobre ella, por un lado;
-y el segundo grupo, al que fueron convocadas otras seis personas, anónimas, a quienes les pedimos que nos cuenten su vida desde niños en relación con la ciudad y siguiendo la línea de sus consumos.
Por supuesto, para reconstruir aquel marco contextual siguiendo una línea histórica desde las primeras décadas del siglo XX hasta mediados de los 90, consultamos y triangulamos una multiplicidad de fuentes secundarias, desde estadísticas hasta libros de ficción.
Pero lo que en este blog me interesa en particular es compartir los testimonios de aquel primer grupo de colaboradores desinteresados, de alto valor dado que hablan, describen, analizan e intentan explicar a La Rioja desde la propia vivencia, sorprendiéndose a veces de sus propias palabras. Ese corpus incluye al Dr. Ricardo Mercado Luna (escritor, constitucionalista, etc.), el Prof. Arturo Ortíz Sosa (docente, periodista), el periodista Carlos Olmos Avila, el también periodista Don Francisco Coco Nota y el historiador, escritor y periodista Miguel Bravo Tedín.
Aunque nuestro trabajo de investigación – dirigido por Roberto – se siguió desarrollando mediante entrevistas grupales a diez familias, y luego se completó, en mi caso, con un campo específico de jóvenes de entre 12 y 18 años, estos casos no está previsto incluirlos.
Lo que, en consecuencia, el lector podrá encontrar en este blog es justamente la desgrabación de aquellas entrevistas que respondían a un temario abierto, a uno o varios encuentros de horas compartidas y grabadas en registro sonoro, que en ciertos casos ya se han perdido.
Como sabemos, ningún testimonio tiene pretensión de verdad, salvo subjetiva. Lo interesante es que el hablante tiende a objetivar su propio relato y ‘mira’ el pasado desde el presente, haciéndolo a su vez presente.
Reiteramos el agradecimiento, aunque muchos ya no puedan leer esto, por la confianza que oportunamente depositaron en el trabajo y en el equipo que les permitió hablar con la libertad y generosidad que lo hicieron.